1/2 kg de quisquillas de Motril.
2 l de agua
3 cucharadas soperas de sal gorda.
Calentar el agua en una olla junto con la sal.
Cuando entre en ebullición, incorporar las quisquillas.
Retirar del fuego cuando empiece a hervir nuevamente.
Escurrir, colocar en una fuente y, una vez que se hayan enfriado, mantener en el frigorífico hasta su consumo. ¡Para morir!