1 calabacín.
100 g de pan rallado con perejil.
75 g de queso rallado parmesano.
sal.
pimienta negra molida.
aceite de ove.
Pelar el calabacín, cortar por la mitad y trocear en bastoncitos de 1 cm aproximado de grosor y salpimentar.
Mezclar bien en un plato el pan con el queso.
Batir el huevo e ir pasando los bastoncitos por él y luego por la mezcla de queso y pan.
Colocar los bastoncitos en una bandeja de horno forrada con papel sulfurizado y engrasado con un poco de aceite de oliva virgen extra.
Precalentar el horno a 200ºC
Hornear unos 15′ con calor arriba y abajo a 190º C. Saca y emplatar. ¡Pura gula!