1 kg de tomates maduros.
150 g de miga de pan molido.
150 de aceite de ove.
2 dientes de ajo.
1 chorreón de vinagre de manzana.
1 puñadito de sal.
10 huevos de codorniz.
Pelar los tomates, trocear y disponer en un recipiente profundo para que al triturarlos no salpiquen.
Quitar la piel a los ajos y cortarlos finitos.
Pasar por la batidora los tomates, los ajos y la sal.
Cuando estén bien triturados, añadir la miga de pan y el vinagre y continuar batiendo.
Por último, verter poco a poco el aceite y batir hasta obtener una salsa homogénea.
Verter en una fuente y meter en el frigorífico un buen rato.
Poner a cocer agua con un buen chorreón de vinagre.
Cortar la parte superior de los huevos y verter en un cuenco.
Cuando hierva el agua, remover con las varillas para hacer un remolino y echar los huevos. Dejar 1 minuto.
Sacar y colocar en un cuenco con agua fría para cortar la cocción y evitar que se cuajen las yemas.
Presentar el salmorejo en copas y adornar con los huevos escurridos. ¡De cine!
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